Este libro es producto de un esfuerzo colectivo por hacer un diagnostic crítico de los estudios sobre el derecho en América Latina y proponer nuevos ángulos de visión para el pensamiento jurídico. Dicho en los terminus cartográficos del título, es un intento por mapear el terreno legal y proponer cartas de navegación hacia rutas menos trajinadas, con destinos quizá más promisorios. Como ha teorizado Santos, “las leyes, como los mapas, son distorsiones reguladas de territorios sociales” (1995: 458). Unas y otros son representaciones simplificadas, formas de imaginar y ordenar las relaciones humanas que, para ser eficaces, encogen la complejidad de lo real. Así como el cartógrafo traza sólo algunos detalles del terreno para hacerlo caber en un mapa legible de bolsillo, el jurista –sea legislador, juez, abogado o analista– escoge sólo una fracción de las prácticas sociales, para regularlas o entenderlas con un prisma legal.